Amor, hagamos cuentas.
A mi edad
no es posible
engañar o engañarnos.
Fui ladrón de caminos,
tal vez.
No me arrepiento.
Un minuto profundo,
una magnolia rota
por mis dientes
y la luz de la luna
celestina.
A mi edad
no es posible
engañar o engañarnos.
Fui ladrón de caminos,
tal vez.
No me arrepiento.
Un minuto profundo,
una magnolia rota
por mis dientes
y la luz de la luna
celestina.
.
Muy bien, pero, el balance?
La soledad mantuvo
su red entretejida
de fríos jazmineros.
Y entonces
la que llegó a mis brazos
fue la reina rosada
de las islas.
Muy bien, pero, el balance?
La soledad mantuvo
su red entretejida
de fríos jazmineros.
Y entonces
la que llegó a mis brazos
fue la reina rosada
de las islas.
.
Amor,
con una gota,
aunque caiga
durante toda y toda
la nocturna Primavera,
no se forma el océano.
Y me quedé desnudo,
solitario, esperando.
Pero, he aquí que aquella
que pasó por mis brazos
como una ola,
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta vespertina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel,
desenlazándose,
como la cabellera de una hoguera.
Amor,
con una gota,
aunque caiga
durante toda y toda
la nocturna Primavera,
no se forma el océano.
Y me quedé desnudo,
solitario, esperando.
Pero, he aquí que aquella
que pasó por mis brazos
como una ola,
aquella
que sólo fue un sabor
de fruta vespertina,
de pronto
parpadeó como estrella,
ardió como paloma
y la encontré en mi piel,
desenlazándose,
como la cabellera de una hoguera.
.
Amor,
Amor,
desde aquel día
todo fue más sencillo.
Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba,
y apreté su cintura
y reclamé su boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata,
con un ejército desesperado,
una pequeña torre donde crece
la azucena salvaje de su infancia.
todo fue más sencillo.
Obedecí las órdenes
que mi olvidado corazón me daba,
y apreté su cintura
y reclamé su boca
con todo el poderío
de mis besos,
como un rey que arrebata,
con un ejército desesperado,
una pequeña torre donde crece
la azucena salvaje de su infancia.
.
Por eso, Amor, yo creo
que enmarañado y duro
puede ser tu camino,
pero que vuelves
de tu cacería.
Y cuando enciendes
otra vez el fuego,
como el pan en la mesa,
así, con sencillez,
debe estar lo que amamos.
Por eso, Amor, yo creo
que enmarañado y duro
puede ser tu camino,
pero que vuelves
de tu cacería.
Y cuando enciendes
otra vez el fuego,
como el pan en la mesa,
así, con sencillez,
debe estar lo que amamos.
.
Amor, eso me diste.
Cuando por vez primera
ella llegó a mis brazos y
pasó como las aguas
en una despeñada primavera.
Amor, eso me diste.
Cuando por vez primera
ella llegó a mis brazos y
pasó como las aguas
en una despeñada primavera.
.
Hoy
la recojo.
Son angostas mis manos
y pequeñas las cuencas de mis ojos
para que ellas reciban
su tesoro,
la cascada
de interminable luz,
Hoy
la recojo.
Son angostas mis manos
y pequeñas las cuencas de mis ojos
para que ellas reciban
su tesoro,
la cascada
de interminable luz,
el hilo de oro,
el pan de su fragancia,
que son sencillamente, Amor,
mi vida.
el pan de su fragancia,
que son sencillamente, Amor,